jueves, 24 de noviembre de 2016

Mi consulta con LAIN

LAIN Líder Mundial en Adelgazamiento

O al menos eso dice el titular en su web.

Antes de mi consulta me informé desde su web sobre el dichoso "método LAIN" (no dejo el link siendo que varía según cada país, recomiendo ingresar en Google LAIN + el nombre del país en el que vivas, para que aparezca la web correspondiente a tú país), no es nada disparatado, nutricionista y múltiples controles semanales, plus el parche que ayuda a la pérdida de peso y sensación de saciedad, y la aplicación de un gel especial que se supone acelera el metabolismo de forma localizada y evita dejar zonas sueltas y flácidas de piel a medida que se va perdiendo de peso.

¿Qué lo hace un método aparentemente efectivo? Todas las visitas semanales incluyen pesaje y charla con nutricionista que tiene a mano tu historial con ellos.
Además antes de iniciar el tratamiento se realizan exámenes de sangre y orina para conocer el estado de salud, si hay algún impedimento particular para la pérdida de peso (como puede ser problemas de tiroides), e incluso hay una visita con un endocrinólogo.
No me puedo quejar, parece cubrir todo lo necesario en especialistas y exámenes para una perdida de peso exitosa sin poner en riesgo la salud.

¿Realmente es efectivo? Las opiniones son mixtas según las muy pocas experiencias personales que he visto relatadas en internet. Pero noto un patrón general que viene de críticas al trato de los vendedores del servicio más que al método en sí, así como también noto que la procedencia de las críticas es mayormente de Perú. 
De las personas que accedieron a realizar el tratamiento y lo siguieron debidamente, leí solo críticas positivas, pero soy bastante escéptica con las súper buenas opiniones que se leen en internet, sobre todo si suenan como spot publicitario. 
Por cuestiones obvias del cambio de alimentación que requiere el método, va a ser efectivo. Ahora bien, no sé si tan efectivo como lo plantean, de eso me voy a enterar cuando mis 63 sesiones vayan pasando, por que sí, me inscribí para seguir el tratamiento de LAIN.

¿Qué tal es el precio? No voy a mentir, no es barato pero si lo pensamos bien tampoco es caro. Mi tratamiento es de 10 meses, el costo total del tratamiento es de 900 dólares, por mes son 90 dólares. Sí, no es para todo el mundo, pero no es un precio disparatado para todas las sesiones semanales que se te dan con profesionales de la salud y los exámenes médicos, y estoy dejando de lado los productos propios de la empresa como el parche (que se cambia en cada sesión -3 veces por semana-) y el gel, siendo que aún no conozco su efectividad. Así que si bien parece un número grande, hay que compararlo con lo que nos brindan y pensar que también brindan múltiples posibilidades de pago.

¿Podrías pasarme la dieta LAIN una vez que la tengas? No, y no es por amargada, es que mi cuerpo no es el mismo que el tuyo ni por fuera ni por dentro, así que pasarte la dieta planeada para mi cuerpo y para perder los 35 kilos que tengo que perder según las condiciones del mismo, pueden ser completamente contraproducentes para tu cuerpo. Además es una dieta planeada a mi bolsillo y mi paladar, así que en algo vamos a diferir.
Lo mejor es que vayas a un nutricionista y te arme un plan alimenticio de acuerdo a tu cuerpo y tus preferencias.
Tengan en mente que el método LAIN no es una dieta secreta maravillosa, el método LAIN y su éxito radica en el control constante con profesionales que se aseguran que sigas esa dieta, y sus productos que prometen aportar a la pérdida de peso, así que el plan de alimentación no es una dieta especial solo de LAIN, es una dieta más hecha por un nutricionista según la persona que la solicita, dieta que cualquier otro nutricionista te puede dar y personalizada solo para ti, y eso va a ser lo mejor.

¿Entonces no hay forma de que pueda seguir el método LAIN sin tener que anotarme y pagar? A menos que puedas conseguir los gel y los parches por fuera (no los tienen en venta libre al público), lamento decirte que no. Lo que sí puedes hacer es coordinar visitas regulares a un nutricionista para asegurarte una alimentación balanceada que ayude a tu pérdida de peso. 

¿Debería anotarme en LAIN o algún servicio similar? Depende de cada uno. Con el tiempo he aprendido que personalmente se me dificulta perder peso sola sin control de nadie, por ello recurrí a este servicio, pero si tienes el suficiente auto-control, perseverancia y determinación para llegar a tu objetivo por ti mismo, no creo que sea necesario que contrates un servicio así, aunque puede ser un buen agregado. Igualmente no se salteen la visita a un nutricionista y los exámenes de sangre y orina para chequear su salud, las dietas deben ser personalizadas.

En unos días tengo mi primer sesión, prometo actualizar para informar el progreso.

Cualquier consulta que tengan la pueden dejar en los comentarios.

Hasta el próximo post~


El día que me dí cuenta de mi sobrepeso

Toda la vida fui rellenita.
Supongo que la falta de ejercicio físico y el hecho de comer las cantidades incorrectas influyeron en eso, así como el hecho de estar en desarrollo y el comer sano balancearon al punto en que, por más que tenía mi pancita, no era una bola. Asumo que pensé que podía mantenerme así toda la vida, bastante ingenuo de mi parte.
Hace dos años el short del verano anterior ya no me quedaba, pero uno crece como hasta los 28, ¿no? o al menos con eso lo justificaba cada vez que una remera, un pantalón, una falda o incluso la ropa interior ya no me quedaba. 
Llegó el día en que me tocó despertarme, estaba en una tienda de ropa probándome jeans y la realidad me pegó, no había un solo talle que me quedara. El que lograba pasar por mis piernas no me cerraba, y así con todos hasta que me trajeron el talle más grande que tenían (que sí, por regla general en un local de ropa promedio no es un talle ultra XXL, pero es un talle grande), y a fuerza logró cerrar. Ese tiempo con la empleada al otro lado de la puerta preguntándome constantemente "¿cómo te queda?", el calor de las luces en ese probador minúsculo, estar constantemente cambiando y forcejeando con los pantalones, y ese espejo reflejándome el problema, ya no podía ignorar que había explotado.

La última vez que me había pesado la balanza marcaba 68kg, eso había sido hace bastante tiempo, pensar que todavía me daba la cara para responder con ese número cuando alguien me preguntaba mi peso.
Compré una balanza, no quería seguir ignorando mi salud, y no me sentía cómoda con mi peso, lo sentía muy presente y evitaba salir de casa lo más que podía. 

94kg

Casi 100kg, sedentarismo, con salud en picada, autoestima por el piso, 2 mudas de ropa fijas (porque nada más me quedaba), y deprimida. La combinación perfecta.

Intenté una y mil veces bajar de peso por mi cuenta. 
Probé cientos de dietas "milagrosas" que encontré en internet, intenté moverme más saliendo a caminar, pero ver que los resultados no se reflejaban ni en el espejo ni en la balanza tan rápido como esperaba, me desanimaba y me llevaba a abandonar.
Llegué a perder la oportunidad de ingreso un trabajo que realmente quería, no estuve en forma suficiente para superar el test de Cooper, lo perdí por 400 metros. Terminé el día llorando.

Hace unos meses comenzó mi etapa de examinar la posibilidad de integrarme a un plan de pérdida de peso, una empresa especializada en esa área que forma grupos asesorados por un nutricionista, un método que se maneja con la motivación de grupo y generalmente cuentan con sus propias instalaciones (algunas más grandes otras más chicas) en las que cuentan con salas de aparatos y clases de actividades aeróbicas a las cuales te marcan ir obligatoriamente unas tres veces por semana.
Buscando la solución a mi limitada falta de voluntad para perder peso por mi propia cuenta decidí ir a una charla con una de esas empresas.
El sitio era pequeño, al entrar se apreciaba una oficina a la derecha, un salón a la izquierda con un grupo en sesión, y a unos pasos de la oficina se apreciaba un pasillo que llevaba al pequeño gimnasio y una sala de espera que fue donde nos indicaron sentarnos (me acompañó mi madre, persona que me propuso la consulta y que lleva un estilo de vida activo, va al gimnasio todos los días y es bastante dedicada a su estado físico).
No eramos las únicas, otras mujeres estaban en la sala esperando a la misma charla.
Nos guiaron por las instalaciones, nos explicaron que el plan de alimentación se fijaba por persona pero que de resto todas las reuniones eran grupales, incluso el pesaje era grupal, y que el método constaba en apoyarse unos a otros y tratar de superarse y superar, incentivarse también comparando el avance en el peso de uno con el de otro compañero de grupo, se tenía que ir si o si al menos tres veces a la semana al gimnasio que tienen ellos ahí mismo, y no hacer menos de una hora de ejercicio, de resto podías anotarte en las clases de zumba y otros ejercicios aeróbicos que ofrecían sin costo adicional. 
Terminó la charla y empezó la negociación. 
Nos guiaron a mi madre y a mi a la pequeña oficina, nos plantearon un costo por tratamiento de cerca de unos 720 dólares por unos 4 meses, las formas de financiación, y obviamente el descuento especial si firmaba contrato en ese momento.
Está bien, es su negocio y probablemente la chica que nos atendió comisione por cada contrato firmado, pero realmente presionó demasiado, y eso sumado a que la idea de bajar de peso en grupo no me gustaba en lo más mínimo, así como tener que trasladarme al menos tres veces por semana a una distancia considerable de casa para ejercitarme, y volver en transporte público hecha una masa sudorosa. 
No era para mí.

Yo: "Me gustaría hablarlo con mi padre y analizar bien la propuesta" (excusa que se me ocurrió en el momento".

Vendedora: "No hay problema, te presto mi teléfono para que lo hagas ahora".

Fue media hora de diálogos similares, yo tratando de evadir y huir, la vendedora de retenerme a toda costa y enfatizando en el descuento. Por suerte al final nos dejó ir sin tener que desenfundar la tarjeta de crédito.
Esa experiencia fue suficiente para no querer volver siquiera a considerar un grupo de pérdida de peso, así que volví al ruedo con mis dietas por internet y mis caminatas esporádicas.

Eso hasta hace dos días, fue cuando mi madre me dijo:

M - "¿Tenés algo que hacer el Jueves a las 6?.

Yo - "No, ¿por?".

M - "¿Te parece si vamos a LAIN a consultar por un programa para vos?".

Y acepté, incluso si dudaba de sus métodos, estaba consciente de que no era otro grupo de pérdida de peso, tal vez esta vez el plan era para mi.